Obra alegoría escultórica

Objetivo:
Donación de la obra: “alegoría escultórica” mural para la institución S.E.S Hospital Universitario de Caldas, del Maestro Gabriel Italo Angel Osorio Betancur, representando la filosofía ideológica de una administración inteligente, pujante e inspiradora con un equipo humano y científico que entrega su vocación al ser humano en función de salvar y promover la vida, acciones que constantemente enaltecen el nombre de Colombia ante el mundo.

Presentación de la obra:

La muestra escultórica incluyente de la madera asociada a otros elementos para el muralismo, representa una visión contemporánea e incluso futurista del mismo constituyéndose en un elemento arquitectónico importante para embellecer y comunicar conocimientos del hombre; por esta razón la obra “alegoría escultórica”, adquiere sentido al representar el desarrollo y proceso del S.E.S Hospital Universitario de Caldas como parte de la imagen de Colombia ante el mundo, transmitiendo la calidad y condición humana de los seres que coexisten en el mismo.
La inspiración del hombre, expresada en la fuerza y determinación es el pilar principal de una obra que encierra movimientos de arraigo, benefactores que promueven y permiten la gestación de una idea que se materializa en un centro “humano”, el proceso creativo y científico, el constante transitar por el tiempo, llevando esperanza a muchas vidas a través de procesos visibles o invisibles para muchos, pero que al final se resumen en un solo propósito de evolución constante que marca la diferencia.
“La vocación de servir, de explorar y llegar más allá de los límites, el transmitir conocimientos a nuevas generaciones y trascender en el tiempo, el convivir en un universo institucional con diversidad de pensamientos y mentes geniales que abren dimensiones y propuestas al futuro, el orgullo de ser y crear…”

Visión Artística:

“La contrapartida del inmóvil y seco vacío, es el placer seductor de la expresión universal como condición humana. La inspiración de portales que se captan para ser transferidos a la palpable realidad, recrean el existir y trascienden el conocimiento como la fuerza y determinación del hombre”.

Italo Escultor.

“APEGO POR EL ACTO, DESAPEGO POR EL FRUTO DEL ACTO”.

Hace poco lo recordábamos: En un principio todo fueron palabras que a través de la conversación crearon la realidad. Ver el lenguaje convertido en obras nacidas de la buena intención, del entusiasmo y de las mentes y las manos generosas, nos afirman en el principio de que las utopías, que nunca se alcanzan, sirven para mantener la marcha y tolerar la fatiga.

Esta columna es una creación colectiva producto de la imaginación de muchos, pero contiene la paciencia, la generosidad y la creatividad del Maestro Luis Guillermo Vallejo que plasmó en una obra de gran formato la génesis y el espíritu de nuestro servicio de Radioterapia “Lucia Restrepo”.

Se erigen monumentos que celebran los derechos fundamentales del hombre: la vida, la libertad, la salud. Este obelisco adquiere otro sentido: Nos asigna el deber de que cada acto, trate de generar el mayor bienestar en los demás. No es posible ser feliz si no se hace feliz a otro. La sociedad no es otra que el resultado de los actos que suman y los actos que restan.

Este obelisco debería reconocerse en adelante como: “El Monumento al Buen Acto” y hace honor a las acciones muchos que hicieron posible los servicios de Quimioterapia y de Radioterapia.

La obra está constituida por colores y formas.

La energía, desordenada, que recuerda al caos, emerge del vientre de la tierra. A medida que asciende, domesticada por la mano del hombre, adquiere el color que recuerda la vitalidad de la sangre y entrega su poder para beneficiar a los enfermos. A medida que busca el éter, se disipa en amarillos y blancos, benignos, que tratan de reducir el daño innecesario.

Durante este fluir interactúa con la enfermedad, representada en las múltiples tenazas de variadas formas de cangrejos, el cáncer, que a veces sólo se aleja o desaparece a través de una arista.

El doliente, sanado o aliviado, renace, nunca volverá a ser el mismo. Toma el rumbo del ave que retoma el vuelo. No es el ave fénix que renace de sus cenizas y nos cuesta reconocer. No. Es ese pájaro, familiar, que cuida a nuestra gente y representa la esperanza de aquel ser humano que Servicios Especiales de Salud-Hospital Universitario de Caldas ha acompañado en ese momento particular de la vida, uno más de los tantos que debemos esperar todos.

Dr. Jaramillo Robledo Oscar

Maestro en Medicina- Director de Educación e Investigación

Obra alegoría escultórica